D. José Gil, en su exposición de ayer sobre el pecado, nos recordó que la confesión es un juicio. Pero, no un juicio donde el culpable es condenado, sino, un juicio donde el culpable es absuelto, veamos la fórmula de absolución: "Y YO TE ABSUELVO DE TUS PECADOS EN EL NOMBRE DEL PADRE, Y DEL HIJO, Y DEL ESPÍRITU SANTO".
sábado, 16 de enero de 2010
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